Mika

My blogs

About me

Introduction Siempre he odiado el cigarrillo. Fui deportista en algún momento y a los deportistas les insertan en el cerebro que fumar es de pelotudos...pero un día tenía mucha hambre. No quería arruinar un día de ayuno, no podía comer. Entonces le saqué un cigarrillo a mi mamá, lo fumé escondida en el baño y el hambre desapareció. Usé esa técnica algunas veces después de eso, cada vez más veces...y ahora me envicié. A pesar de que nadie me diría nada por fumar (ya soy grande, mamá), después de toda una vida de despotricar contra el cigarro simplemente no puedo llegar con uno plantado en la boca. Así que fumo a escondidas